Omega

En 1848, Europa central estaba inmersa en un proceso revolucionario, con convulsiones políticas y con movimientos nacionalistas. Pero otra revolución nacía en un pequeño pueblo suizo de la mano de Lous Brandt, que en su domicilio de La-Chaux-de-Fonds instala su taller de relojería en "La calle más bonita de la aldea más grande del mundo", como el mismo la definiría. Desde ahí, y con posterioridad sus hijos, crearía una de las marcas más emblemáticas de la historia de la relojería.

La principal obsesión de sus creadores fue la precisión. Las constantes pruebas certificadoras a las que sus creaciones fueron sometidas demostraron una precisión inusual, lo que les motivó a proclamarse como cronometradores de las principales pruebas deportivas y retos pioneros de la época; sin abandonar un gusto exquisito por el diseño.

Adéntrese en este apasionante mundo de Omega.

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